En el caso de haber sufrido un ataque, lo primero que vamos a poner en marcha es un plan de contingencia que asegure que no perdemos más información, o que esta no esté ya disponible para el cibercriminal si decide volver a atacar.
Normalmente, esto incluye la separación de los servidores de la red (incluso su desconexión), la creación de imágenes de los soportes de información como discos duros con objeto de preservar el estado y trabajar sobre las copias, y en general, todas las medidas que impidan el acceso exterior a la información y su salvaguarda completa.
Si ha habido borrado de información accidental o intencionada, se establecerán los protocolos de análisis y recuperación si fuera pertinente o deseable. En algunos casos, pueden estar comprometidas tanto las bases de datos principales como las copias de seguridad si la metodología no era la adecuada.
Informes legales
Con el nuevo Reglamento General de Protección de Datos, las empresas tienen la responsabilidad de salvaguardar debidamente los datos de los usuarios. Un informe forense puede reflejar si la empresa puso todos los medios razonables, y si el ataque sufrido tenía unas características que hacían difícil su previsión. Este informe puede librarnos de una multa cuantiosa.
Además, los informes también serán útiles para presentarlos a los clientes afectados y que sepan que nuestra empresa tenía un sistema de seguridad adecuado, aunque finalmente haya sido comprometido. Todo el mundo entiende que hay riesgos y amenazas que pueden presentarse en un momento dado, y la mayoría de las personas lo que piden es que se tengan unas medidas adecuadas dentro de lo razonable. Los informes proporcionan un elemento de tranquilidad después del caos.
También en estos informes se pueden aportar pruebas que pueden ser necesarias en un proceso legal.